¿Tenemos un frío más intenso, qué dice la ciencia?

La sensación térmica es mayor, las cifras no. La realidad es que siempre hay extremos de frío y calor con diversas variables, su frecuencia e intensidad cambian al cambiar el clima, pero no es fácil medirlo pues se requieren datos de periodos muy largos para confirmarlo, dice Marni Pazos, investigadora del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM

Para la temporada invernal 2023–2024 el Servicio Meteorológico Nacional pronosticó en su momento 56 frentes fríos con diversos efectos en el territorio nacional, específicamente para enero de 2024 se contemplan 10 de ellos, incluso en este momento estamos viviendo el frente frío número 27 que ha provocado ambiente de frío a muy frío y bancos de niebla en prácticamente todo el país. Incluso se ha presentado caída de aguanieve, en el noreste, en Cofre de Perote y el Pico de Orizaba.

Todos hemos tenido que sacar las chamarras, las calcetas gruesas, preparar un buen café para calentarnos o agregar cobijas en nuestros dormitorios, pero en algunas zonas esto no ha sido suficiente, ¿será que cada año aumenta el frío en el país?

Los Frentes Fríos (FF) de manera regular comienzan su desplazamiento hacia el territorio nacional a partir del mes de septiembre y hasta el mes de mayo del siguiente año.

La doctora Marni Pazos, investigadora del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático, adscrita al grupo de modelos climáticos, explica que en realidad los datos actuales sobre intensidad de frío y en términos de temperatura en general no revelan valores que no se hayan vivido en otros años; la cifra de frentes fríos del periodo 2022–2023, por ejemplo, fue de 55, incluso hasta con uno o dos grados más que hace 20 o 30 años.

Entonces, ¿por qué sentimos más frío?

La especialista explica que esto puede deberse a la percepción de la gente sobre las bajas temperaturas, lo cual depende de diferentes índices que hay que abordar. Uno de ellos es la percepción del tiempo meteorológico y el nivel de confort, esta es una rama que ha surgido con mayor fuerza porque la gente manifiesta tener una mayor sensibilidad, ya sea a mucho calor o mucho frío. “Esto es subjetivo y depende de cada persona y qué tanto se puede adaptar a este cambio o no”.

Otro factor es ¿quiénes son las personas que manifiestan mayor incomodidad? Se trata de gente mayor, personas que han vivido en zonas más cálidas, si son menores de edad, de estos factores también depende la respuesta.

Un siguiente componente es la percepción del tiempo, es decir, el estar conscientes de que existe el cambio climático y poner más atención a los factores del clima, nos vuelve más sensibles a estos agentes y estamos más alertas. “Quizá hace 20 años era más fácil que si amanecía frío simplemente nos poníamos otro suéter y no pasaba de ahí, ahora cuando presentamos esas inconformidades nos cuestionamos más, esto se debe a un cambio en la sociedad”.

La investigadora recalcó que los frentes fríos y tormentas invernales son fenómenos totalmente naturales, con inviernos variables, dependiendo de la dinámica que se da en todo el planeta, donde son muchos factores los que están involucrados y que cada año están presentes. “Una temporada más fría o menos fría de invierno, puede deberse a interacciones entre el océano y la atmósfera, las lluvias y varios agentes que pueden cambiar nuestra percepción del clima (sensación térmica)”.

En México los FF pueden estar modulados por una variedad de estructuras climáticas o teleconexiones, entre las que destacan la Oscilación del Atlántico Norte (NAO, por su sigla en inglés), Patrón del Pacífico Norte América (PNA), Oscilación del Ártico (AO), El Niño-Oscilación del Sur (ENOS) y la Oscilación Madden-Julian. Para el pronóstico se utilizan además las condiciones atmosféricas y oceánicas con similar comportamiento a las que se presentan actualmente (método de años análogos).

Pero ¿el clima está cambiando a gran escala?

La doctora Pazos explica que hay muchos científicos trabajando ampliamente en ese tema, tratando de identificar qué tanto puede estar cambiando el clima y a qué escala y regiones. De entrada, puede ser que suceda más en ambientes rurales que en ciudades y puede que sea mucho más acelerado en el hemisferio norte que en el hemisferio sur.

El IPCC, por ejemplo, es un estudio a gran escala del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, donde a partir de varios análisis —principalmente basados en modelos numéricos y observación— han contrastado las condiciones actuales con el pasado e identificado cambios en la dinámica climática, pero hacen énfasis en la diferencia entre clima y estado del tiempo.

De acuerdo con el IPCC, si bien el clima y el estado del tiempo se relacionan estrechamente, existen diferencias importantes entre ambos. Una confusión muy común es pensar que un invierno frío, o un lugar de enfriamiento en la Tierra, constituye una prueba contra el calentamiento global. La realidad es que siempre hay extremos de frío y calor con diversas variables; su frecuencia e intensidad también cambia al cambiar el clima, pero esto no es fácil medirlo pues se requiere de datos de periodos muy largos para confirmarlo. “El hecho de que haya eventos extremos sigue siendo natural. No hemos tenido el suficiente tiempo como para determinar que ya es un cambio climático marcado”.

Aun así, en la medida en que se ha elevado la temperatura de la Tierra, se han hecho más frecuentes e intensos algunos fenómenos meteorológicos (como las olas de calor y las lluvias intensas), mientras que otros son menos frecuentes e intensos ahora, como el frío extremo.

Cuidar a las poblaciones vulnerables

La doctora Pazos concluye que los riesgos por los fríos han existido siempre, sobre todo en comunidades rurales y de escasos recursos, por la limitante de protección para eventos extremos de frío. Por ello las medidas gubernamentales deberían seguir enfocadas en cuidar a la población más vulnerable. “Lo que se requeriría sumar a las acciones que ya se realizan es, por ejemplo, apoyo psicológico y emocional, esto es importante porque ahora se agrega la pregunta ¿qué tanto te preocupa el cambio climático?, porque si estamos asustados, también nos vuelve más vulnerables”.

Agrega que los modelos predictivos, aunque no llegan a la precisión, son buenos como un modelo de alerta para seguir cuidando a las poblaciones y sus especificidades en cada región del s. Asegura que debe prevalecer la política de prevención y el Servicio Meteorológico Nacional es una buena herramienta para evitar que los fríos extremos sean catastróficos para ciertos grupos y sectores como el agrícola o el eléctrico.

Hace 20 años no le poníamos mucha atención al frío, nos poníamos otro suéter y no pasaba de ahí, ahora nos cuestionamos más, esto se debe a un cambio en la sociedad”.

Temporada 2023-2024

Se pronosticaron 56 frentes fríos (FF)

Para la temporada 2023-2024 se pronosticaron de 9 a 11 tormentas invernales, con mayor ocurrencia en diciembre y enero. La mínima promedio es entre 5º y 10º.

Temporada 2022-2023

55 FF

Se ubicó dentro de las 20 temporadas con mayor actividad frontal desde 1950. Teniendo un empate con las temporadas 1960-1961, 1972-1973 y 2014-2015.

Temporada 2021-2022

56 FF

En todo el norte del país hubo un marcado descenso de la temperatura mínima de hasta 5 grados más frío que lo normal.

Temporada 2020-2021

57 FF

En esta temporada, las temperaturas en México fueron ligeramente superiores a lo histórico. Las máximas promediaron 28.0 grados y las mínimas fueron en promedio de 11.3 grados, 0.3 grados más que la media histórica.

Temporada 2019-2020

65 FF

Se superó la climatología de 1981 a 2010. Las mínimas, fueron de 12.9 grados Celsius, 1.3 grados por debajo del promedio.

nelly.toche@eleconomista.mx

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