La importancia del tema del agua en las elecciones 2024

Los tiempos que corren a nivel global nos anuncian que asuntos como el del agua serán parte fundamental de la narrativa política. Ello, en claro contraste con los temas que tradicionalmente habían dominado la competencia política, en contextos de elecciones democráticas.

Y es que la crisis hídrica es considerada una preocupación cada vez más importante para la gente y, por lo tanto, también para quienes se disputan el poder, con la consideración de que este problema puede modificar la intención del voto o definirlo. Y quizás, en un futuro cercano, pódría ser el tema que determine resultados de elecciones.

El domingo pasado se celebró el segundo debate entre Clara Brugada, Santiago Taboada y Salomón Chertorivski, quienes debatieron en torno al agua, transparencia y combate a la corrupción, llevándose el foco de atención el primer tema.

Lejos de los frascos de agua contaminada, fotografías y hasta unos arrugados pósteres para acusar a los rivales de alguna cosa, destaca lo ambicioso de las propuestas. Recuperar el Río de La Piedad, regenerar lagos y ríos, romper récords en inversiones para el tratamiento del agua, terminar con las fugas, incluso, un Bosque de Agua en el sur de la Ciudad, fueron algunas de las propuestas lanzadas por los contendientes.

Como era de esperarse, el debate en torno al agua en la CDMX sirvió para lanzar acusaciones sobre el supuesto uso del recurso con fines electorales. Lo que resultó interesante es que las expresiones acerca del agua por parte de los candidatos punteros, reflejan la visión que enarbolan los partidos políticos que representan.

Por un lado, la posición de Brugada sobre el agua como un derecho, no un privilegio, lo que es acorde con la visión social de la Cuarta Transformación. Por otro lado, la postura de Toabada se centró en atribuir los problemas hídricos que viven diversas alcaldías a los gobiernos perredistas de los últimos 27 años, no obstante que es uno de los partidos que hoy forman parte de la coalición que lo acompañan a él y a la candidata presidencial, Xóchitl Gálvez.

Más allá de lo ocurrido en el segundo debate chilango, lo que deja ver es que el problema del agua es también un problema político.

Consentir que el agua tenga este valor político no debería ser motivo de inquietud, pues para cualquier estado moderno, la seguridad hídrica es un problema de seguridad nacional y, en consecuencia, un tema que compromete la capacidad del Estado para asegurar gobernabilidad en su territorio y para su población.

Entre las muchas formas de combatir la explotación a este recurso, su integración en los procesos políticos ha permitido una buena gestión y garantía de acceso, así como mejores oportunidades para que la gente pueda incidir en las decisiones de sus gobernantes y candidatos.

México no es el único territorio con elecciones marcadas por la escasez de agua. Candidatos a puestos de elección popular en India y África han tenido que defender sus propuestas en medio de reclamos orientados por la falta de iniciativas en torno al agua, y la insuficiencia en el suministro del recurso vital.

El próximo 28 de abril será el siguiente debate entre las y el candidato por la Presidencia de la República, y entre los temas destaca el del cambio climático y desarrollo sustentable. Será interesante ver el choque de propuestas entre Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, la científica especializada en energía y la empresaria de edificios “inteligentes”, respectivamente. El agua como gran promesa y el agua como un gran problema.

Contacto:

Palmira Tapia es Maestra en Políticas Públicas por la Universidad de Oxford y Licenciada en Ciencia Políticas y Relaciones Internacionales, por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

Twitter: @palmiratapia

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