Para la izquierda mexicana, Cuba ha sido una especie de sueño romántico, una aspiración a solo 110 kilómetros de Cancún.
Durante mucho tiempo, lo que sucedió allí se percibió como un rayo de esperanza, una posibilidad de construir un mundo diferente. Por eso, aquellos programas de radio captados en onda corta que comenzaban y terminaban con la frase: «Cuba, territorio libre en América» fueron escuchados con admiración.
La nueva trova cubana, representada sobre todo por Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, exportó la historia de un pueblo trabajador, educado y comprometido con la Revolución.
Los viajes tuvieron un sentido pedagógico, pues se visitaron fábricas, se observaron cadenas de producción de alimentos, se verificó que a los pioneros, niños y niñas cubanos se les enseñó y pudieron recitar párrafos de los discursos de Fidel Castro o desarmar un arma con los ojos vendados.
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Eran curiosidades que la élite de la izquierda en México nunca hubiera permitido, pero lo mágico era que lo ocurrido en esa pequeña isla del Caribe tendría repercusiones en todo el continente, porque «la marcha hacia el socialismo era imparable».
La belicosidad de la extrema derecha cubana en Miami, protegida y apoyada por la CIA, ayudó a alimentar la mitología que se narra en piezas como “Playa Girón” o “Yo me quedo”, de Silvio y Pablo, respectivamente.
El problema es que, durante décadas, el régimen cubano estableció una dictadura en la que hay poco espacio para la disidencia.
Lo que sucedió allí se puede referir en términos similares a los fracasos de la izquierda en la historia y recuerda el libro de François Furet, El pasado de una ilusión.
Los habitantes de la isla se han convertido en migrantes y los que quedan sufren innumerables dificultades económicas y tampoco son libres. Para colmo, están en la cárcel, porque expresaron su desesperación porque tienen hambre y en un contexto de expansión del Covid-19 que puede causar grandes estragos.
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Una muestra del desastre se refleja en las medidas de socorro a la población. En los módulos de alimentación gratuita se entregarán los siguientes productos: 3 kilos de arroz, 2 kilos de legumbres, 2 kilos de espaguetis, 2 latas de sardinas y un kilo de azúcar. Puedes elegir entre 250 gramos de leche o la misma cantidad de cereal.
Para tener una idea de la magnitud, hay que tener en cuenta que no existen muchas formas alternativas de obtener alimentos. Esto solo explica la fatiga que se puede medir por décadas de privación y estrés.
Las ya profundas fisuras del sistema se explican por las políticas restrictivas de Estados Unidos hacia la isla, pero hay que admitir que el problema es otro.
El bloqueo económico contra Cuba no debe continuar y al menos por dos razones: porque sirve de pretexto para justificar las penurias que en realidad son consecuencia de un modelo económico que no funciona, y porque no ayuda a quienes trabajan a construir. mejores condiciones. de vida y lucha por una apertura política.
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