Cómo atacar al estrés sin drogas, ni terapias, solo usando tus fortalezas

Cualquier situación de estrés la puedes enfrentar mejor si utilizas tus fortalezas de carácter.

Las fortalezas de carácter son 24 capacidades o cualidades que tenemos todas las personas y que son apreciadas por la humanidad.

Todos tenemos algo de cada una de ellas, pero algunas definen nuestra personalidad, nuestra manera de pensar y actuar, a veces sin ser conscientes de ello.

Por ejemplo, hay quienes tienen como fortaleza dominante el humor, como aquellos que cuando hay un problema tienden a bromear sobre él; suelen ver la parte graciosa y siguen adelante, o impulsan a otros, dejando atrás la frustración o el miedo, según sea el origen del estrés.

Por supuesto, no significa que serán un Franco Escamilla, una Sofía Niño de Rivera, un Cantinflas o un Kevin Hart, considerado el “estandupero” con mayores ingresos del mundo, según Forbes.

Simplemente, te recomendamos que utilices esas cualidades para reenfocar una situación que te pone en un estado emocional de presión y así evitar daños a tu salud física o mental.

Las 24 fortalezas de carácter se agrupan en seis virtudes, y ellas son:

Virtud 24 Fortelezas
Sabiduría y conocimiento Creatividad, curiosidad, mente abierta, amor por el aprendizaje y perspectiva o sabiduría.
Valor Valor, persistencia, integridad y vitalidad.
Humanidad Amor, amabilidad, inteligencia social.
Justicia Ciudadanía, justicia y liderazgo.
Templanza Perdón y misericordia, humildad, prudencia y autorregulación.
Trascendencia Apreciación de la belleza, gratitud, esperanza, humor y espiritualidad.

A continuación te comparto 5 formas comprobadas para encarar el estrés con fortalezas, basados en un artículo publicado por Ryan Niemiec, director de Educación del Instituto VIA de Carácter, organismo sin fines de lucro que ofrece un test gratuito para conocer cuáles son tus fortalezas (busca en: https://www.viacharacter.org).

Recuerda que puedes tener mejores resultados si usas las que más prevalecen en ti.

1. El reencuadre de la situación es una de las principales estrategias. Posiblemente ya la has usado o tómala en cuenta.

Exige que utilices una de las fortalezas relacionadas con la virtud de la sabiduría: creatividad, curiosidad, mente abierta, amor por el aprendizaje y perspectiva o sabiduría.

Consiste en mirar la situación desde otro u otros puntos de vista. Un poco como el ejemplo que dimos del humor.

2. Reafirma tus valores. Cualquier de tus fortalezas te puede ayudar. Lo principal es que cuando te enfrentes a un evento que te genera mucha presión, pienses en tus valores más altos.

Un ejemplo es cuando un policía te exige un soborno bajo la amenaza de llevarte a la comisaría. Las fortalezas de integridad, ciudadanía, justicia o valor te pueden ayudar a tomar la decisión con menor estrés, pues sabes cuando haces lo correcto.

3. Practica el perdón. Es muy sabido que las personas que se perdonan a sí mismas o a los demás tienen menos posibilidades de sufrir una enfermedad mental, pues no enfrentan de manera constante el estrés del rencor o del recuerdo de una humillación.

Sin embargo, tal vez no es tu fortaleza más robusta. Una manera de ejercitarla es “dejar ir” cosas pequeñas. Si alguien no te saluda o un conductor te hace señas obscenas, “dejalo ir”.

Te irás convirtiendo cada día en alguien más indulgente, así que gradualmente prueba con situaciones más comprometidas.

Mmmmm, si es necesario, empieza con cosas “más, y más pequeñas”.

4. Escribe algo que disfrutes. Si te consideras una persona con un autoestima baja, escribe una experiencia que te haya resultado agradable donde el tema sea el uso de alguna fortaleza. Un ejemplo, podría ser: “Utilicé la fortaleza de persistencia para cerrar el trato con un nuevo cliente”.

Dice Niemiec que las personas con alta autoestima deben escribir esta frase como una autoafirmación: “soy perseverante porque logré cerrar el contrato con un nuevo cliente”.

Estas dos formas ayudan a combatir el estrés a ambos tipos de personalidades.

5. Aprende a relajarte. Es sin duda un lugar más común, pero también el más efectivo. Hay muchas técnicas; implican utilizar la fortaleza de autorregulación. La más tradicional es concentrarte en tu respiración, primero con inspiraciones y expiraciones profundas, y poco a poco llevarla a la calma, siempre de manera consciente.

La intención es evitar cualquier pensamiento que nos regrese a nuestras preocupaciones.

Todos podemos darle un giro a un mal día o a una mala situación cuando usamos un enfoque en fortalezas.

Cuando las utilizamos, particularmente si lo hacemos de manera exitosa, nos da la sensación de autodominio, autenticidad, vigor, entusiasmo o capacidad.

Así que la invitación es a combatir el estrés con tus fortalezas.

Contacto:

Rosalinda Ballesteros es directora del Instituto de Ciencias del Bienestar Integral de Tecmilenio.

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