“Sí, gracias”, no juzgues y aprende • Red Forbes • Forbes México

La próxima vez que se reconozca su trabajo, continúe y diga: «Sí, gracias».

El feedback es una de las tareas más difíciles de cualquier organización, ya que es muy difícil comunicarlo, pero mucho más aceptarlo y aprovecharlo.

La mayoría de nosotros nos negamos a aprender de las críticas, ya sean positivas o negativas.

Este error es tan común que en la mayoría de los casos, cuando nos felicitan y nos dicen lo que hicimos bien, simplemente no lo creemos.

Martin Seligman, uno de los principales fundadores de la llamada psicología positiva, entiende esta actitud como una respuesta a la forma en que entendemos el mundo. Lo llama «estilos explicativos de la realidad».

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Resulta que la gran mayoría de la gente del planeta (entonces no es una realidad mexicana) cuando nos desempeñamos bien, lo atribuimos a la suerte; que estábamos en el lugar correcto en el momento correcto; Pero en fin, no creemos que fuimos nosotros los que tuvimos la capacidad de lograr el éxito deseado. Incluso cuando nos reconocen, nos esforzamos por repartir el crédito: “si no fuera por el zutano”, “eso ayudó”, “qué suerte eso”, etc.

También hay que decir que ocurre exactamente lo contrario cuando nos dan una retroalimentación negativa, cuando todo sale mal: asumimos que fue exclusivamente culpa nuestra. Aunque no lo admitamos públicamente y guardamos silencio, por dentro aceptamos que no somos capaces.

Una forma en que aprendemos de la retroalimentación es tratar de alejarnos de esta forma generalizada de explicarnos la realidad.

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Si es una felicitación, un reconocimiento, hay que decir “sí, gracias”, aunque no lo creamos. Nuestra tarea para crecer es averiguar en ese momento o más tarde qué gustó de nuestro desempeño para tenerlo en cuenta en nuestros nuevos desafíos.

Quizás sea una habilidad o actitud inconsciente la que nos favoreció, pero con la reflexión podríamos llegar a descubrir que tenemos una habilidad que no hemos tenido en cuenta.

Pero como estamos tratando de aprender de las críticas positivas, debemos hacerlo con las negativas, quienes también enfrentan nuestro rechazo.

Como ya mencioné, debemos evitar asumir como nuestra toda la responsabilidad por cualquier falla; También tratamos de ser fríos y honestos para reconocer qué oportunidades de mejora tenemos, y asumirlas con metas más modestas, pero siempre seguimos adelante.

Finalmente, quiero resaltar otro gran problema que causamos al recibir comentarios. Muchas veces rechazamos recomendaciones porque no creemos en la persona que nos las transmite.

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Siendo francos, a veces lo impuntual exige puntualidad; el orden desorganizado; o la agresividad, la asertividad. Esa falta de congruencia en muchas ocasiones no nos deja escuchar lo que nos hará bien esa charla y nos quedamos sumidos en nuestra discusión interna de «cómo se atreve a decirme eso …».

Aquí es recomendable hacer el esfuerzo de centrarse en el mensaje y no en la persona. A menudo se ve obligada a realizar el ejercicio de retroalimentación porque es su deber.

Lo que recomendamos en el Instituto de Ciencias del Bienestar y la Felicidad cuando esto sucede es ignorar tus emociones, escuchar con atención el mensaje y buscar aquellas cosas que te hagan crecer.

No juzgues, aprende, y si eres reconocido por tus logros, di «sí, gracias».

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Contacto:

Rosalinda Ballesteros, directora del Instituto de Ciencias del Bienestar y la Felicidad de la Universidad Tecmilenio. *

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Las opiniones vertidas son responsabilidad exclusiva de sus autores y son completamente independientes del cargo y línea editorial de Forbes México.

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