Elegir vivir en la sociedad moderna sin poseer una cuenta corriente o caja de ahorros en un banco es una decisión que probablemente implique limitaciones y, en algún momento, pueda llevar a perder oportunidades.
Créditos personales, hipotecarios, prendarios, y hasta alquileres o capacidades de aval, precisan la titularidad de una cuenta corriente en un banco o entidad financiera. Entonces, ¿cuáles son sus ventajas y sus desventajas? Conocer esto ayudará a sacarle más provecho y enfocarse en reducir los puntos negativos.
Pros:
- Beneficios: como ya mencionamos son útiles para acceder a un sinfín de productos y posibilidades (préstamos, alquileres, compras, etc.)
- Comodidad: la nómina puede ser depositada en la cuenta y los servicios de uso frecuente debitados de la misma, así desaparecen las largas colas de cobro, pago y recordatorios.
- Productos asociados: muchas veces se ofrecen convenientes seguros de vida, automotor, contra terceros, del hogar, o incluso la posibilidad de acceder a planes de pensión o fondos de inversión.
- Transacciones bancarias: poseer una cuenta corriente permite realizar transferencias y pagos por internet, teléfono o ATM. Además, al bancarizar el dinero y dejar de llevar y traer grandes montos de efectivo en el bolsillo se dispone de más comodidad y seguridad.
Contras:
- Costes y mantenimiento: toda cuenta bancaria cobra por mantenimiento, intereses por exceso de uso, usos en el exterior o por saldo mínimo depositado en cuenta.
- Compras por internet: por lo general las plataformas de pago online sólo trabajan con crédito, por lo que las cuentas corrientes no son efectivas para este tipo de compras.
- No sirven para la inversión: no generan ningún tipo de interés a favor del usuario, al contrario siempre tienen un coste.
Por lo general las mismas suelen ser muy útiles para depósito de suelos, créditos o ahorros mensuales, ya que se paga por un servicio que se utiliza. Además abren las puertas para acceder a créditos inmediatos online que pueden ser una herramienta muy efectiva para atravesar imprevistos o urgencias financieras.