¿Cómo funciona una cuenta corriente?

Para muchos parecerá evidente, pero una cuenta corriente es la condición sin la cual no se puede acceder a un préstamo personal de cualquier tipo, incluso los créditos instantáneos por internet, que se caracterizan por pedir mínimos requisitos, la incluyen como condición para realizar la solicitud.

La apertura de una cuenta corriente inicia con la firma de un contrato entre el cliente y la entidad financiera. Tal compromiso autoriza a una persona, ya sea física o jurídica, a ingresar uno o varios montos al banco que serán registrados como saldos positivos en la cuenta a su nombre.

Dependiendo del medio por el cual desee realizar la transacción (ventanilla o ATM), el titular de la cuenta podrá disponer de ese dinero, de manera parcial o total en el momento que lo desee.

Las cuentas corrientes tienen un costo en intereses que se debita de los depósitos a plazo que se realizan en las mismas. En muchos casos los empleadores eligen depositar salarios en cuentas corrientes especialmente abiertas para sus empleados, realizando negociaciones con las entidades financieras para reducir los intereses.

Las cuentas corrientes son claves para que un préstamo personal, prendario o hipotecario se deposite y como medio para pagar las cuotas del mismo; también son requeridas para recibir becas, servir como aval o, en muchos casos, alquilar un apartamento.

Esta necesidad crucial en nuestros días de poseer una cuenta corriente en un banco también conlleva la responsabilidad de conocer a fondo qué son, cómo funcionan y cuál es la más conveniente para el uso que se le dará.

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