Tipos de crédito y cómo utilizarlos

Los créditos no son un riesgo, el riesgo es utilizarlos de manera inadecuada o solicitar un tipo de crédito que no encaje con la necesidad para la que se lo va a utilizar, por ejemplo solicitar un crédito personal para agrandar un negocio o realizar una operación prendaria puede que genere intereses y plazos inadecuados para la finalidad a la que se lo va a aplicar.

En una primera instancia se puede clasificar  a los créditos por el plazo que ofrecen para saldar la deuda, según esta clasificación existen créditos de corto, medio y largo plazo. Los de corto plazo son indicados para saldar necesidades inmediatas ya que poseen altas tasas de interés de ser saldados en plazos mayores a los indicados.

Los créditos de mediano plazo son recomendados para realizar compras o inversiones puntuales, cambio de carro, ampliación de vivienda o por motivos personales. En tanto los créditos a largo plazo son otorgados para inversiones hipotecarias o con devolución en tiempos superiores a los tres a cinco años.

Otra variable para diferenciar créditos puede ser la exigencia o no de garantía, es decir, éstos pueden solicitar un bien (casa, auto, sueldo) en garantía de la devolución del préstamo o pueden ser entregados sin solicitar nada a cambio basándose en el compromiso del solicitante.

Los créditos que no exigen un bien como garantía son llamados, técnicamente, quirografarios y sus tasas de interés acostumbran a ser muy altas, ejemplos de estos son los créditos ofrecidos por internet, las tarjetas de crédito o los créditos a corto plazo; son muy útiles para suplir necesidades inmediatas pero no si sus plazos de pago se alargan más de lo estimado.

Prestamos prendarios son los que exigen un bien en garantía del préstamo obtenido; en los créditos al consumo este bien suele ser el obtenido a través del crédito solicitado; por su parte el crédito con colateral da la opción de que el bien en garantía sea otro diferente al obtenido con el dinero adquirido de la entidad emisora.

En últimas, los créditos hipotecarios, son aquellos que ofrecen grandes cantidades de dinero y lo que garantiza su devolución es un bien inmueble a nombre del solicitante del préstamo.

Antes de solicitar un préstamo es importante estudiar los activos que se poseen y proyectar las posibilidades de devolución para que en ningún momento se corran riesgos de incumplir con el pago del préstamo o demorarse ya que en estas situaciones los intereses aumentan y el dinero solicitado deja de ser una solución y comienza a ser un problema.

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